Creada en 2013 como una unidad del Ministerio de Comunicación, la Editorial estatal debía estar en operaciones en 2015. Un decreto supremo establece ahora que será empresa pública y que debe funcionar desde noviembre. Además, le otorga 19,3 millones de bolivianos que se suman a los 75,3 ya invertidos por el Gobierno en una imprenta y un ambiente que la albergue.
Mediante el Decreto Supremo Nº 3338 del 27 de septiembre de 2017 se crea la empresa pública denominada Editorial del Estado Plurinacional de Bolivia. La norma autoriza la asignación de recursos del Fondo para la Revolución Industrial Productiva ( FINPRO) mediante un préstamo de 19.357.092 bolivianos "destinados a las fases de implementación y puesta en marcha”.
La nueva empresa pública está conminada a funcionar a partir de este mes, pues el DS 3338 instruye al Ministerio de Comunicación que realice un corte administrativo al 31 de octubre. Sin embargo, aún no se ha designado a un gerente de la Editorial. Y, según fuentes oficiales, aún no se sabe cuándo el Presidente nombrará al responsable.
El proyecto data de 2013
El Decreto Supremo Nº 1818, del 4 de diciembre de 2013, estableció la creación de la empresa Editorial del Estado Plurinacional de Bolivia, como una unidad dependiente del Ministerio de Comunicación.
Esa norma también autorizó al Ministerio de Economía y Finanzas Públicas realizar un traspaso presupuestario interinstitucional con recursos de TGN por un monto de hasta 75,3 millones de bolivianos al Ministerio de Comunicación para la implementación de la Editorial.
El 15 de diciembre de 2014, el Ministerio de Comunicación -en ese entonces encabezado por Amanda Dávila- firmó con la empresa alemana Heidelberg Druckmaschinen el contrato de compra de equipos para la Editorial del Estado por 58,6 millones de bolivianos.
Para la instalación de la imprenta se eligió un galpón en la zona Villa Dolores de El Alto, que había sido usado por la Agencia de Cooperación de Estados Unidos (USAID). La firma del convenio de derecho propietario se realizó el 26 de mayo de 2015, cuando Marianela Paco era ministra de Comunicación.
El 16 de junio de 2015, el entonces director de Medios Estatales, Moisés Mercado, informó que toda la maquinaria alemana ya había sido fabricada y estaba rumbo a Bolivia. Para construir las instalaciones de la imprenta en El Alto se destinaron 13.119.201,35 millones de bolivianos, según el Sicoes.
En julio de 2015, llegó a Bolivia la maquinaria de Heidelberg. El terreno donde iba a instalarse, sin embargo, no estaba listo. Según el contrato "llave en mano” los equipos debían montarse en dos meses y entrar en funcionamiento en octubre de 2015.
En enero de 2017, la gestión de Paco anunció la inauguración de la Editorial como una unidad del Ministerio de Comunicación. La ahora exministra informó que los equipos de la imprenta ya estaban instalados y funcionando y que "sólo faltaba un decreto”.
Faltaba, sin embargo, "un marco económico, legal y técnico que garantice, a largo plazo, el funcionamiento de un proyecto de esa envergadura”, explicó a Página Siete en mayo pasado la exministra de Comunicación Amanda Dávila que fue designada en marzo responsable del proyecto.
Empresa pública
En su gestión en el Ministerio de Comunicación -dijo- ya se concibió la Editorial como una empresa pública. Su sucesora, en cambio, la proyectó como parte de esa cartera de Estado, como establece el DS 1818.
"Hubo visiones distintas, aunque totalmente legítimas, respecto al proyecto. Se pretendía que la Editorial sea una unidad del Ministerio de Comunicación frente al proyecto original de crear la empresa Editorial del Estado Plurinacional, pues la industria editorial es un negocio acelerado, que necesita, por ejemplo, comprar insumos, tomar decisiones gerenciales rápidamente, frente a los tiempos burocráticos que son más lentos”, argumentó Dávila.
El atraso de 24 meses -hasta ahora- en el inicio de operaciones de la Editorial, según la exministra, no significa más gastos. "La inversión es la prevista en el decreto inicial que da luz verde al proyecto de la Editorial”, sostuvo Dávila quien ya cumplió su tarea en este proyecto.
La inversión ha aumentado, sin embargo. A los 75,3 millones de bolivianos que se destinaron a la compra de los equipos y la edificación (de los cuales sólo se sabe que 58,6 millones de bolivianos se destinaron a la imprenta y 13,1 a la sede), se suman otros 19,3 millones de bolivianos determinados por el DS 3338.
Como empresa, la Editorial estatal buscará competir en el mercado cuando funcione. Se prevé que imprima el periódico gubernamental Cambio.
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