El vicepresidente Álvaro García Linera afirmó ayer que el Gobierno decidió invertir en la Empresa Pública Nacional Textil (Enatex) "por temas sociales” y mantener la estabilidad de los 1.000 trabajadores que operaban en Ametex, que estaba en quiebra.
"¿Por qué se invirtió? Porque era un tema social y la información que se tenía (en 2012) es que se podía levantar la empresa inyectando capital. Se podía ocupar mercados”, respondió la autoridad ante la consulta sobre por qué el Gobierno decidió invertir en una empresa quebrada.
Dijo que Ametex, administrada por Marcos Iberkleid, había quebrado, tenía problemas financieros e incluso estaba endeudada, pese a gozar de las preferencias arancelarias del ATPDEA en el mercado de EEUU.
Explicó que desde 2003 el empresario Iberkleid demandaba ayuda al Estado; en 2004 se creó el Hospital de Empresas, pero pese a ese apoyo tenía deudas y en 2006 el Gobierno aprobó un crédito de cinco millones de dólares.
Según García Linera, desde hace años arrastraba un problema financiero estructural.
"Cuando nosotros recogemos este problema estructural de una empresa privada quebrada, pensábamos que inyectando dinero y haciendo un esfuerzo de buscar otros mercados podíamos mantener la estabilidad laboral de cerca de 1.000 trabajadores. Se hizo todo el esfuerzo”, dijo.
Agregó que nadie puede acusar al Gobierno de abandonar a los exempleados de Ametex.
"A diferencia de Iberkleid que ni siquiera había aportado a las AFP, el Gobierno recogió el problema social e hizo el esfuerzo colectivo para salvarla, pero surgieron ajustes a nivel mundial en el sistema productivo”, subrayó García Linera.
Argumentó que desde hace cuatro años China, que antes producía telas baratas pero de baja calidad, modificó su sistema productivo y ocupó también la producción de telas, hilo y tejidos de alta calidad y desplazó a empresas bolivianas, argentinas y mexicanas, que vendían en mercados selectos de Europa.
La creación de Senatex (Servicio Nacional Textil) responde a la necesidad de generar ingresos y recuperar el capital invertido a través de la producción a pedido y oferta de servicios, afirmó.
"Es irresponsable mantener una empresa pública quebrada y nosotros no lo vamos a aceptar, creamos empresas que generen ingresos para el Estado. Es un atentado contra los bolivianos, porque son 69 millones de dólares que hemos invertido en Enatex. ¿Qué hay que hacer ahora? Crear una empresa que recupere el dinero”, enfatizó.
Enatex fue creada en junio de 2012 mediante el Decreto Supremo 1253 con un patrimonio de 53,6 millones de bolivianos provenientes de un fondo de fideicomiso, con el fin de salvaguardar la industria textil en Bolivia.
Ametex, que pertenecía al empresario Marcos Iberkleid, ingresó en liquidación voluntaria y determinó el arrendamiento con opción a compra de sus plantas.
Enatex fue cerrada el 15 de mayo, mediante la promulgación del Decreto Supremo 2765, para ser convertida en Senatex, que se encargará de brindar servicios de asesoría tecnológica a productores textiles.
El 17 de mayo, el viceministro de Producción Industrial a Mediana y Gran Escala, Álvaro Pardo, aseguró que la nueva empresa de servicios dará trabajo al 20% de los trabajadores de Enatex, es decir, cerca de 200 de los 1.000 empleados que tenía.
Los exempleados, apoyados por la COB y trabajadores fabriles, protagonizaron marchas y protestas desde el cierre de la empresa. El ente matriz anunció para hoy y el viernes un paro de 48 horas.
Ingresos de la estatal nunca superaron sus elevados costos
Desde 2012 hasta 2015, los ingresos de Enatex nunca superaron los costos de operación, de acuerdo con un análisis realizado por los expertos en descentralización Julio Linares y Jimmy Osorio, con datos oficiales.
Según el documento, los ingresos por ventas en los cuatro años estudiados llegaron a 244,7 millones de bolivianos, pero los costos de operación sumaron 633,3 millones de bolivianos, o sea que generó un déficit de 388,5 millones de bolivianos.
Los ingresos por ventas nunca pudieron cubrir los gastos erogados; es más, el porcentaje más alto cubierto en estos años fue en 2014, cuando los ingresos de operación cubrieron sólo 51% de los gastos realizados, expresa el análisis.
Las fuentes de financiamiento de la estatal principalmente fueron los préstamos y fideicomisos, que representaron un 60% del total de ingresos.
Según cifras oficiales, los ingresos ejecutados entre 2012 y 2015 suman 653,6 millones de bolivianos. Sin embargo, lo preocupante es que sólo 244 millones de bolivianos, el 37% del total de los recursos obtenidos, responden a la ejecución de sus operaciones, es decir, a la venta de productos textiles, subrayan los analistas.
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