Entre 2013 y 2015, la Empresa Pública Nacional Textil (Enatex) tuvo como gerentes generales a un cineasta y a una comunicadora, quienes fueron designados “políticamente” por el Ministerio de Desarrollo Productivo. Su desconocimiento del rubro textil fue una de las causas de la quiebra de la empresa, afirmó ayer uno de los dirigentes de los trabajadores, Jhonny Huanca.
Huanca se refirió al cineasta Alejandro Zárate y a Julia Aparicio, relacionista pública de la compañía.
Se conoce que unos mil trabajadores quedarán cesantes y ayer cientos marcharon por el centro paceño en rechazo a la decisión del Gobierno de cerrar la empresa y convertirla en un Centro de Servicios Tecnológicos.
Según Huanca, las ministras de Desarrollo Productivo, Teresa Morales y después Verónica Ramos, son culpables de la situación de la empresa, porque no se designó a personas con experiencia.
“Nosotros siempre hemos dicho que nos traigan gente con experiencia en el rubro textil cuando ellos lo han politizado la empresa porque ha venido gente que ni siquiera conocía el rubro. Hemos tenido una mala administración”, insistió en contacto telefónico con este medio.
El domingo pasado, Ramos informó del cambio de personería jurídica de Enatex y que dentro de 60 días comenzará a operar bajo la nueva figura.
“Esta modificación se realiza con el objetivo de apoyar a todas las empresas del sector manufacturero textil para elevar los estándares de calidad de sus productos, incrementar la productividad, reducir los costos, adoptar tecnología, escalar volúmenes de producción”, puntualizó Ramos, citada en un boletín institucional.
Según el investigador de la Fundación Milenio, José Espinoza, la designación política de cargos es uno de los problemas típicos de las empresas públicas. Esos problemas “lamentablemente sólo se visibilizan cuando los recursos para sostener manejos ineficientes se terminan”.
Enatex estuvo, en principio, bajo la gerencia de la ingeniera Betty Silva Mamani, posesionada en julio de 2012, pero sólo duró un año. Posteriormente, fue designado el cineasta Zárate, quien ejerció el cargo por un año. En 2014, Aparicio fue nombrada como gerente general. Más de 800 trabajadores protagonizaron ayer una marcha por las principales calles del centro paceño hasta llegar al Ministerio de Desarrollo Productivo. Según Huanca, posteriormente, tenían previsto bloquear las avenidas aledañas.
Los trabajadores exigen estabilidad laboral y afirman que no permitirán el cierre de la empresa. Huanca advirtió con endurecer las medidas de presión si Ramos no ofrece una solución.
Por su parte, la ministra Ramos indicó a ANF que “esta medida fue asumida por el elevado costo de producción en Enatex, la maquinaria obsoleta y la falta de competitividad que tenía (su producto en relación) con otras prendas en el mercado”.
Para Huanca la mala administración repercutió en la pérdida de mercados. “Como actúa el Gobierno es (como) el peor de los neoliberales, realmente se ha botado a más de 88 trabajadores a las calles, dijeron que no hay liquidez y nos han dejado sin contrato”, dijo.
Otro dirigente, René Ticona, dijo a Erbol que buscan una reunión con el presidente Evo Morales. También anunció medidas de presión y entre ellas no descartó la toma física de la empresa.
Ametex, que fuera la empresa bandera de Bolivia en la exportación de confecciones textiles, pasó a manos del Estado en 2012 convirtiéndose en Enatex. La administración estatal no pudo hacer reflotar a la empresa.
CONTRARÁN A 20%
En entrevista con Cadena A, el viceministro de Producción Industrial a Mediana y Gran Escala, Álvaro Pardo, informó ayer que el Servicio Nacional Textil absorberá al 20 por ciento de los trabajadores de lo que fue la estatal Enatex.
“Se cesará a todo el personal, administrativo y operativo, que suma unas 1.000 personas, y después se reabsorberá a un 20 por ciento. De acuerdo a cómo se reaccione a la creación del Servicio Textil, se abrirá la posibilidad de absorber a más personas”, explicó.
Según el dirigente Jhonny Huanca, los trabajadores superan la edad promedio de 35 años y hay trabajadores con una antigüedad que supera los 26 años.
“Nosotros hemos dejado nuestros pulmones ahí para agrandar esta empresa, así en la magnitud de como es. Se ha tenido que quitar al empresario (en alusión a Marcos Iberkleid, dueño de Ametex que al ser estatizada dio lugar a Enatex) para nacionalizarlo y ahora ¿qué se está haciendo? Está mostrando la incapacidad como Gobierno de no poder manejar la empresa textil”, indicó.
Pardo garantizó que ante el cese de operaciones de Enatex se cumplirá con todos los beneficios laborales que le corresponde al personal que ya no va a trabajar en esa empresa, tal como establece la Ley General del Trabajo.
Desde el Ministerio de Trabajo informaron que el tema aún no está dentro de su competencia y, por tanto, no habrá pronunciamiento oficial.
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