La empresa estatal Enatex todavía no muestra signos de recuperación. El Gobierno asegura que no subvencionará la empresa, y que por lo tanto debe evaluar su situación para formularse una nueva estrategia, y adecuar su personal a su producción, advirtió ayer el vicepresidente Álvaro García Linera.
La autoridad dijo a los periodistas de Santa Cruz que la Empresa Pública Nacional Textil (Enatex) debe adecuar su producción y el número de trabajadores para sustentarse con sus propias ventas y descartó una subvención estatal a esa empresa.
Recordó que la producción sería destinada al mercado interno, lo que implica menos producción y personal debido al tamaño; las prendas que elabora la empresa estatal estaban destinadas al mercado estadounidense, pero la suspensión de La Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de la Droga (Atpdea siglas en inglés) afectó sus ventas, y pese a la voluntad del gobierno Venezolano de reemplazar al norteamericano, los resultados no fueron satisfactorios.
Evitar la pérdida de empleos
Recordó que Enatex (anteriormente Ametex y que el Gobierno compró esta industria) era privada y que cuando quebró había la opción de que los trabajadores queden sin empleos; sin embargo, el Gobierno hizo un esfuerzo para salvar esa empresa.
“Está claro que el esfuerzo que hemos hecho durante un año no ha sido suficiente porque Enatex funcionaba para el mercado externo que se ha cerrado como sucede en otras partes”, dijo.
Sostuvo que el Gobierno intenta salvar a Enatex concentrando la producción para el mercado interno, por lo que -a su juicio- se debe reacondicionar la planta.
“Eso va a significar que algunos trabajadores tengan que salir, no se puede mantener a todos, si se mantiene a todos los trabajadores la empresa va a quebrar”, dijo.
Agregó que el Estado no va a mantener “una empresa en quiebra” con recursos públicos, por lo que consideró que con las medidas planteadas Enatex generará ganancias.
RECUADRO
Enatex fue creada el 11 de junio del 2012 con un capital inicial de Bs. 53.6 millones, contratando a todos los empleados de Ametex del empresario Marcos Iberkley y alquilando inicialmente las instalaciones de las unidades que conformaban su cadena productiva. El objetivo principal de esa nueva empresa estatal era proveer al mercado interno y algunos mercados como los de Cuba y Venezuela.
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