Tras el anuncio de cierre de la Empresa de Construcción del Ejército (ECE) y los líos económicos que soporta la Empresa Pública Nacional Textil (Enatex), surgen duras críticas del manejo estatal de las firmas y la subvención que se les otorga sin lograr resultados.
“Preocupa la acción del Gobierno, creando empresas para fortalecer la presencia del Estado en la economía, invirtiendo en algunos sectores, pero con problemas de factibilidad. Son subsidiadas, un problema porque siguen dependiendo del Estado”, lamentó el investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), Bruno Rojas.
El presidente de la Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco), Christian Eduardo, identificó, en el caso de la ECE, que además de varios malos procedimientos de la parte administrativa, causan problemas las normativas del Estado.
“El Gobierno debe dar condiciones para motivar e incentivar la participación del empresariado, una normativa que permita tener un mejor acceso a las garantías, reajustar precios en las obras y modificar la solución de controversias”, dijo.
Según el secretario de Conflictos de la Central Obrera Boliviana (COB) y textilero, Segundo Quispe, lamentó que la estabilidad laboral no esté garantizada, con lo que está pasando en Enatex por culpa del contrabando y planteó un “escudo de protección” para las industrias nacionales.
“Además, faltan estrategias. No hay políticas del Estado para una solución para la industria nacional. Se tiene que abrir mercados y fortalecer las industrias”, señaló
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